Claustro

El claustro es sencillo y responde fundamentalmente a mediados del siglo XVII, a excepción de la panda norte que fue edificada con anterioridad. Aquí destacan los capiteles del siglo XIII con decoraciones figurativas, vegetales y geométricas y un magnífico alfarje del siglo XVI conformada por casetones con adornos moriscos y follajería gótica sobre estrellas de ocho puntas.

Por último, la pintura mural de principios del siglo XVI con la representación del Milagro de la palmera, recientemente descubierta y restaurada por Las Edades del Hombre. Por último, cabe mencionar dos portadas, situadas en zona no visitable. La primera, que pertenece al siglo XIII y en origen se abría en arco apuntado, presenta sencilla pero hermosa decoración. La segunda es adintelada y está coronada por un escudo que contiene una cruz de gajos rodeada de las llagas de Cristo.

El conjunto fue rehecho entre 1736 y 1739 por los maestros Mateo González y Mateo Munio, quienes junto con quiñones y Simón Gavilán realizaron también otras obras de adaptación y ampliación hasta muy avanzado el siglo XVIII.